domingo, 28 de febrero de 2010

Tras las huellas del ferrocarril Madrid-Almorox


Cortesía de Gustavo Vieites.

La actual red ferroviaria que atraviesa la Comunidad de Madrid comenzó a gestarse en la segunda mitad del siglo XIX. Muchos trazados de aquella época siguen operativos, convenientemente actualizados y adaptados a las necesidades actuales. Pero otros muchos dejaron de funcionar y quedaron en el más absoluto abandono.

Es el caso del ferrocarril que unía Madrid con el municipio toledano de Almorox, del que aún se conservan diversas infraestructuras de interés histórico, si bien la mayor parte ha desaparecido. Hoy nos ocuparemos del puente de hierro situado sobre el río Guadarrama, todavía en pie, y de sus diferentes estaciones, con especial mención a la de Goya, que fue derribada para edificar viviendas.

Un poco de historia

La citada línea férrea fue promovida por una sociedad de capital belga. Empezó a entrar en servicio el 15 de julio de 1891, cuando se inauguró oficialmente el primer tramo, que llegaba hasta Navalcarnero. Pocos meses después, el 26 de diciembre, se puso en marcha el segundo, que terminaba en Villa del Prado. Hubo que esperar varios años, hasta 1901, para alcanzar Almorox, el destino final.

Se construyó para el tránsito de viajeros, pero, fundamentalmente, para el transporte de mercancías. El objetivo era facilitar la llegada de productos agrícolas a la capital desde los fértiles valles de los ríos Guadarrama y Alberche, que hasta entonces se transportaban en pesados carros tirados por mulas, a través de caminos secundarios.

El ferrocarril Madrid-Villa del Prado-Almorox era de vía métrica, una tipología por entonces muy utilizada en las comunicaciones comarcales, al resultar mucho menos costosa que el ancho nacional, reservado para las grandes distancias. Pertenecía a la red de FEVE, la compañía en la que se integran los ferrocarriles españoles de vía estrecha.

En la década de los sesenta del siglo XX, la línea empezó a tener problemas económicos, debido, principalmente, a la competencia del transporte por carretera, con lo que, en 1965, se tomó la decisión de clausurar el tramo Navalcarnero-Almorox, el más deficitario.

El año 1970 supuso el cierre definitivo del histórico ferrocarril o, mejor dicho, su conversión en una línea de cercanías, gestionada por Renfe, tras proceder al desdoblamiento, electrificación y adaptación al ancho nacional de las vías. Estos trabajos se circunscribieron únicamente al tramo Madrid-Móstoles y se prolongaron hasta 1976.

Las estaciones

La estación término estuvo emplazada junto al río Manzanares, cerca del Paseo de Extremadura y de la actual Calle de Saavedra Fajardo. Fue bautizada con el nombre de Goya, por su proximidad con la Quinta del Sordo, donde vivió el genial pintor aragonés.


La Estación de Goya aparece en la parte inferior de la imagen, hacia el centro.

Sus obras comenzaron en 1883, un año antes de que a la empresa promotora le fuera concedida la licencia del tramo Madrid-Navalcarnero, el primero que arrancó. El proyecto se debió a Fernando María de Castro y fue elaborado en 1882.

De reducidas dimensiones, su modesta arquitectura la convertía en la hermana pequeña de las grandes estaciones ferroviarias madrileñas, como las del Norte, Atocha y Delicias. Ocupaba una superficie de apenas 492 metros cuadrados y estaba hecha en ladrillo, con cubierta de teja.

En 1965, la compañía que gestionaba la línea férrea consideró la posibilidad de derribar la estación para vender su solar y construir viviendas. Las plusvalías obtenidas con este movimiento ayudarían a paliar las dificultades económicas de aquellos momentos. Tal operación no pudo llevarse a cabo hasta 1969, año en el que la Gerencia Municipal de Urbanismo dio el visto bueno a la urbanización de los terrenos.


Cortesía de Gustavo Vieites.

La línea férrea llegó a contar con dieciocho estaciones, entre apartaderos y apeaderos. De las ocho primeras (Goya, Empalme, Campamento, Cuatro Vientos, Alcorcón, Colonia Ramírez, Móstoles y Villaviciosa de Odón) apenas quedan restos, ya que sobre esta parte del recorrido discurre en la actualidad la línea C-5 de Cercanías.

Con respecto a las diez restantes (Río Guadarrama, Navalcarnero, Villamanta, Valquejigoso, Méntrida, Río Alberche, Rincón, Villa del Prado, Alamín y Almorox), se mantienen en pie algunas de ellas, aunque su conservación no es muy buena.

El puente sobre el Guadarrama

Entre las infraestructuras que han llegado a nuestros días, la más destacada es, sin duda alguna, el puente de hierro que salva el río Guadarrama, emplazado justo en el límite de los términos municipales de Móstoles y Villaviciosa de Odón.



Se levanta sobre el punto kilométrico 21,300 de la desaparecida línea ferroviaria, junto a un paraje que antiguamente era conocido como Vado de San Marcos. Presenta una estructura en forma de caja, apoyada en los extremos en estribos y en el centro en una sólida base de sillería de granito, que emerge del propio cauce. Se debe a Simón Ruiz Medrano y fue realizado en Navalcarnero.

Además de su gran relevancia técnica, como punto clave del trazado ferroviario, el puente tuvo un enorme interés social. En sus inmediaciones fue construido un apeadero que, con el nombre de Río Guadarrama, se convirtió en un destino de referencia para los excursionistas y bañistas que, procedentes de Madrid, buscaban pasar un día de campo. Por esta razón, se le habilitó un andén peatonal, que permitía a los viandantes cruzar el río sin peligro.

Pese a su importancia histórica, el puente se halla en un lamentable estado, en medio de una zona donde han proliferado las viviendas ilegales, muchas de ellas chabolas. Actualmente, forma parte de una Vía Verde, con la que la Comunidad de Madrid pretende fomentar la práctica del senderismo y del ciclismo.



Agradecimiento especial

Queremos expresar nuestro agradecimiento a Gustavo Vieites Brignolo por su colaboración y gentileza permitiéndonos la publicación de dos fotografías históricas que se encuentran bajo el copyright de Ediciones Amberley S.L. (Inglaterra) y de http://gustavovieites.cmact.com.

También queremos recomendar la visita de la citada página web, todo un derroche de conocimiento sobre la arqueología ferroviaria, en general, y el ferrocarril Madrid-Almorox, en particular.

16 comentarios:

  1. Había oído hablar de esta línea. Creo que en los 70's aún quedaban restos de las vías a su paso por el zona en la que actualmente se encuentra el Parque de Aluche.
    Un saludo,

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  2. Gracias Mcarmen. Entre Navalcarnero y Almorox, se conserva lo mejorcito: viejas estaciones abandonadas, infraestructuras varias. Pero hay que ir a pie o en bici. Un abrazo fuerte, Jesús

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  3. Buenos Días,

    En relación a las imágenes en blanco y negro acreca del Ferrocarril Madrid-Villa del Prado-Almorox, que aparecen publicadas en el blog de su autoría, le informamos que las mismas, se encuentran bajo copyright de Ediciones Amberley S.L. de Inglaterra y de http://gustavovieites.cmact.com,
    en el caso de las imágenes del automotor MAN y de la Estación Goya, borradas de forma evidente además, y tal como las presenta en su blog, las marcas de agua de los legítimos propietarios de los derechos de autor, contenidas en los ángulos inferiores/superiores de las mismas.

    Dado que no sólo han sido quitadas las marcas de agua de las imágenes, sino además, que no se hace mención alguna de la fuente original de las que han sido tomadas, propiciando la omisión/manipulación y apropiación ilícita de las imágenes, provenientes de los soportes mencionados, le rogamos rectifique inmediatamente no solo volviendo a colocar las marcas de agua en los sitios en donde estaban originariamente, sino además, mencionando puntualmente tanto la página web, como el libro del las que provienen.

    Por descontado, con la simple mención de las fuentes mencionadas, evitaremos mayores problemas, rogándole que la próxima vez que necesite algún tipo de imagen de nuestra página o libro, no proceda a manipularla ni a expropiarla sin más, simplemente solicite el oportuno permiso.

    Atentamente,

    Gustavo Vieites.

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  4. Estimado Gustavo.

    Le pido disculpas por el uso indebido de las fotografías, que paso a retirar inmediatamente. Siento sinceramente lo ocurrido. Reciba un saludo muy cordial, J.J. Guerra Esetena

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  5. Apreciado Señor J.J.Guerra Esetena:

    Acepto sus disculpas ya que es evidente que es usted todo un caballero.
    De esta forma, si necesita cualquier imagen de nuestra Web, http://gustavovieites.cmact.com, cuenta usted con nuestra aprobación para poder cogerla, dando por sentado, que se las cedemos únicamente para publicar en su blog, manteniendo la misma en las condiciones en las que existe actualmente, sin agregados u omisiones de su marca de agua y mencionando el sitio del que proceden.

    Sin más, me despido de usted, dándole por otra parte, mi enhorabuena por la iniciativa de llevar adelante estos foros que difunden la historia de Madrid.

    Cordialmente:

    Gustavo Vieites.

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  6. Muchas gracias, Gustavo, por su comprensión y ofrecimiento. Del mismo modo, también le transmito mi enhorabuena por su enorme esfuerzo de difusión y divulgación de temas tan enormemente importantes para nuestra memoria histórica como el ferrocarril Villa del Prado-Almorox.

    Saludos cordiales, J.J. Guerra Esetena

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  7. Recuerdo,cuando era pequeña año 1955,que mis padres nos llevaban al rio Alberche para pasar el día ibamos en ese tren,gracias por recordarmelo.
    Un saludo de G.M.P.

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  8. Gracias a ti, G.M.P. Me alegro mucho de haber despertado buenos recuerdos de la infancia. Un abrazo!!!

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  9. GRACIAS A UN COMPAÑERO DE TRABAJO QUE ME PREGUNTO POR ESTE FERROCARRIL PARA HACER UN TRABAJO ME DESPERTO MI NIÑEZ PUES YO ME CRIE AL PIE DE ESTAS VIAS EN LA CALLE SEPULVEDA PRACTICAMENTE DONDE ACABABA EL BARRIO LUCERO Y RECUERDO COMO SI FUERA AHORA MISMO EL PASAR DE LOS TRENES CON LA GENTE ENCIMA DE LOS TECHOS DE LOS VAGONES DE MADERA CUANDO VENIAN DEL ALBERCHE QUE SEGUN SE COMENTABA IBA TAN DEPACITO QUE LOS VIAJEROS SE VAJABAN EN MARCHA PARA COGER FRUTAS DE LAS HUERTAS QUE ESTABAN AL LADO DE LAS VIAS Y EL RECUERDO TRISTE FUE EL MOMENTO DE EL DESMANTELAMIENTO DE LAS VIAS QUE AUN NOS SIRVIO DE JUEGO A LOS QUE ENTONCES ERAMOS UN CHAVALES DE UNOS 12 AÑOS QUE PONIAMOS LOS EJES DE RUEDAD CON UNAS TRAVIESAS ENCIMA Y VAJABAMOS MONTADOS CASI HASTA EL BARRIO DE GOYA.SOLO FELICITAR A J.J.GUERRA ESTEBAN POR SU TRABAJO DE MANTENER VIVOS ESTOS RECUERDOS Y PODER CONSULTAR LOS TIEMPOS PASADOS QUE SEGURAMENTE FUERON MUY BUENOS PARA TODOS A PESAR DE LO POCO QUE SE TENIA ANTES

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    1. Hola José Manuel. Yo vivía en la calle de Pericles y en muchas ocasiones ibamos a ver salir el tren de la estación de Goya. Es cierto que iba despacio, tan despacio, que cogiamos "el tope" en la salida de la estación. Era un terreno de subida en su discurrir por el pinar.

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  10. Hola José Manuel:
    Tu comentario me ha emocionado, sólo por leer mensajes como los tuyos merece la pena llevar este blog. Me alegro despertar todos estos recuerdos.

    Muchas gracias y un abrazo!!!

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  11. Yo vivia enfrente mismo de la Estación de Goya, en la Plaza Montilla (Grupo Juan Tornero) recuerdo que había una tapia para que no bajaramos a la estación, detrás de la tapia había plantas y pequeños arboles de amajuelas que cogiamos sin que nos viera el guarda de la estación para jugar a tirar con los canutos que comprabamos al pipero....infancia feliz a pesar de las estrecheces. Gracias por el articulo

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  12. Gracias a ti Mariano por compartir tus recuerdos con nosotros. ¡Qué tiempos aquellos en que los niños podían jugar en la calle! Un abrazo, Jesús

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  13. Mi madre fue taquillera en la desaparecida estación de Goya. Me crié en la calle Juan Tornero, haciendo esquina con la estación. Los recuredos son extraordinarios.

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  14. Pásabamos algún tiempo de nuestras vacaciones en la calle Porthos, en el piso de mi tío José María. Solo teníamos que subir la calle y girar un poco a la izquierda para encontrarnos con un bosquecillo de pinos (creo recordar) y abajo las vías del tren. Recuerdo una vez que mis hermanos, mis amigos y yo encontramos una muñeca de plástico y la colocamos en la vía para que la pillara el tren. Bendita juventud.
    Gracias por esta entrañable publicación. Saludos
    Antonio Delgado Pinto

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