domingo, 2 de mayo de 2010

Las puertas del Palacio del Infante



El insigne arquitecto Ventura Rodríguez (1717-1785) legó a Boadilla del Monte uno de los trabajos más importantes de su brillante carrera.

El Palacio del Infante don Luis, obra maestra del neoclasicismo madrileño, fue realizado en 1765, como residencia de Luis Antonio de Borbón y Varnesio, hijo de Felipe V y hermano de Carlos III.

No nos vamos a detener en este imponente edificio, sino que, buscando el detalle de lo pequeño, nos centramos en las puertas que dan acceso a sus jardines, con una doble intención: por un lado, admirar su belleza y, por otro, denunciar su deterioro.

Si el estado de conservación del palacio resulta, en sí mismo, preocupante, el de los jardines puede calificarse de nefasto, al no quedar más rastro que unas cuantas estructuras ruinosas.

Los jardines

El recinto ajardinado del Palacio del Infante don Luis ocupa una parcela de aproximadamente 71.500 metros cuadrados.

Está orientado al sudeste y tiene planta rectangular. Consta de dos áreas bien diferenciadas, construidas en niveles distintos para salvar la pendiente del terreno y separadas mediante galerías.

El Jardín Alto es el más próximo a la fachada palaciega. Por esta razón, reunía numerosos elementos ornamentales, tanto paisajísticos como escultóricos y arquitectónicos.

Aquí se encontraba la célebre Fuente de las Conchas, que en la actualidad decora las Praderas de las Vistas del Sol, en el madrileño Campo del Moro.

Por su parte, el Jardín Bajo era realmente una gran huerta. Tenía un trazado hipodámico, en el que se sucedían, en perfecta alineación, 32 cuadrículas, reservadas al cultivo frutícola y hortícola.


Vista de la fachada sudeste del palacio y del nivel superior sobre el que descansa el Jardín Alto.


Estado actual del Jardín Bajo.

Las puertas

Existen cuatro puertas que comunican los terrenos del palacio con el exterior. Se encuentran muy cerca de los vértices de la parcela rectangular que da forma al recinto ajardinado, dos en el Jardín Alto y dos en el Jardín Bajo.

Se levantan sobre el muro que rodea el perímetro de la finca, superando su altura. Al igual que la tapia, presentan fábrica de cal y ladrillo descubierto, aunque también incorporan sillería de piedra de granito en algunos elementos.

Ventura Rodríguez utilizó dos diseños distintos o, mejor expresado, concibió un único planteamiento arquitectónico, del que realizó dos variaciones, en función de la ubicación de cada grupo de puertas.


Puerta del Jardín Alto.

Las entradas del Jardín Alto presentan un aire majestuoso y triunfal, acorde con su situación en la zona noble del conjunto palaciego.

Están formadas por un arco de medio punto, flanqueado a ambos lados por pilastras. Un frontón clásico, cubierto con tejadillo de teja árabe, corona la parte superior.

Este esquema se repite en los dos accesos del Jardín Bajo, pero con otras proporciones y medidas, que provocan un efecto visual completamente diferente.

El resultado es una apariencia más liviana y, por ende, menos monumental que la de las dos puertas del nivel superior.


Puerta del Jardín Bajo (fotografía capturada en www.urbanity.es).

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La serie "Las otras puertas de Madrid" consta de estos otros reportajes:
- Cuatro puertas fuera de contexto
- La Puerta de Felipe IV
- La Puerta Real

También puedes consultar estos otros artículos sobre el patrimonio histórico-artístico de Boadilla del Monte:
- La iglesia mudéjar de Boadilla
- La Fuente de Ventura Rodríguez

1 comentario:

  1. Es una vergüenza que el palacio se encuentre en un estado tan lamentable. Felicidades por el artículo.

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