lunes, 21 de junio de 2010

Los telégrafos ópticos de Cabeza Mediana y Torrelodones

Visitamos dos de las cinco torres de telegrafía óptica que aún se conservan en la Comunidad de Madrid. La primera de ellas corona la montaña conocida como Cabeza Mediana, una cumbre de más de 1.300 metros de altitud que comparten los municipios de Moralzarzal, Alpedrete y Collado Mediano.

La segunda se localiza en un pequeño altozano, situado aproximadamente a un kilómetro del casco urbano de Torrelodones.

Ambas formaron parte de la línea Madrid-Irún, diseñada por el ingeniero donostiarra José María Mathé Aragua (1800-1875) e inaugurada en el año 1846.

Esta red constaba de un total de 52 torres, con arranque en el Cuartel del Conde Duque. No estuvo mucho tiempo en servicio, debido a la rápida implantación del telégrafo eléctrico, que dejó al sistema óptico completamente obsoleto.


La Torre de Monterredondo, en lo alto del cerro de Cabeza Mediana, antes de su restauración (fotografía del Ayuntamiento de Moralzarzal).

Un poco de historia

La telegrafía óptica se desarrolló en Europa entre los siglos XVIII y XIX. Consistía en la transmisión de señales lumínicas codificadas, a través de una cadena de torres convenientemente alineadas. De tal modo que los mensajes iban saltando de una a otra, hasta llegar al punto de destino, donde se descodificaban.

En lo que respecta a España, este sistema de comunicación estuvo inicialmente vinculado con los Reales Sitios. Se trataba de que los reyes estuvieran al corriente, con la mayor celeridad posible, de los acontecimientos que pudieran producirse durante sus desplazamientos.

La línea Madrid-Aranjuez, la primera en entrar en funcionamiento, vio la luz en 1824. En 1832 se puso en marcha la que unía la capital con San Ildefonso y en 1834 empezaron a operar otras tres, Madrid-Carabanchel, San Ildefonso-Riofrío y Madrid-El Pardo.

En la década posterior, la telegrafía óptica tuvo una notable expansión, gracias al ambicioso plan ideado por Mathé entre 1844 y 1846. En él se contemplaba la creación de una extensa red radial, mediante la cual se cubría gran parte del territorio nacional. Sin embargo, sólo pudieron construirse las líneas Madrid-Irún, Madrid-Cádiz y Madrid-La Junquera.

El proyecto no fue muy bien acogido por algunos intelectuales de la época. Es el caso del escritor José María de Pereda (1833-1906), que, en su obra Pedro Sánchez (1883), se refería a las torres ópticas en los siguientes términos:

"Eran los telégrafos ópticos, que, lejos de alegrar el paisaje, le entristecían todavía más; pues a la contemplación del insulso detalle iba unida la consideración de que dentro de aquella jaula de sólidas paredes, había seres humanos incomunicados con el el resto del mundo; y para mayor burla de la desgracia, ellos, los encargados de conducir maquinalmente la palabra de los demás a través de la tierra, estaban condenados a no hablar con nadie".


José María Mathé y su modelo de telégrafo óptico.

Cabeza Mediana

El telégrafo óptico que hay situado en el cerro de Cabeza Mediana recibe el nombre de Torre de Monterredondo. Se encuentra dentro del término municipal de Collado Mediano, si bien el acceso se realiza desde Moralzarzal.

En el verano de 2007 se procedió a su restauración, aunque realmente lo que se ha hecho ha sido una reconstrucción en toda regla, utilizando la referencia de los planos originales. Gracias a estos trabajos, nos podemos hacer una idea bastante exacta de las características que tuvo la edificación primitiva y de su funcionamiento técnico.

La Torre de Monterredondo fue levantada a partir del estándar arquitectónico fijado por Mathé, común a todas las torres integradas en las líneas que estuvieron bajo su competencia.

Éste consistía en una construcción de planta cuadrangular, de siete metros de lado y doce de alto, con tres pisos y una cubierta a modo de azotea, que servía de base a la estructura metálica del telégrafo propiamente dicho.

En cuanto a la fábrica, se utilizó mampostería de piedra, en combinación con ladrillo. Durante las citadas obras de reconstrucción, el conjunto fue enfoscado y pintado de ocre, emulando el acabado que tuvo en sus orígenes.

Si observamos detenidamente la estructura, se advierte un aspecto fortificado. Mathé concibió las torres como fortalezas, debido a los movimientos revolucionarios del momento.

El grosor de sus muros, la presencia de aspilleras y el hecho de que la puerta de entrada se encuentre a unos dos metros del suelo, con una escalera de acceso que se echaba desde dentro, dan cuenta de esta preocupación.


La Torre de Monterredondo, una vez reconstruida (fotografía del Ayuntamiento de Moralzarzal).

Torrelodones

La torre óptica de Torrelodones, conocida como de Navalapiedra, ofrece la otra cara de la moneda. No sólo no ha sido restaurada, sino que fue transformada en vivienda, probablemente en la primera mitad del siglo XX. Pese a ello, todavía es posible reconocer gran parte de los rasgos arquitectónicos definidos por Mathé en su modelo de torre.

Entre las alteraciones más significativas, cabe destacar la sustitución de la cubierta original por un tejado de teja árabe a cuatro aguas, la pintura blanca (o lo que queda de ella) que cubre los muros y la apertura de una puerta de acceso directamente sobre el suelo, modificando la pauta original de elevarla dos metros sobre la rasante.

La de Navalapiedra era la torre inmediatamente anterior a la situada en la montaña de Cabeza Mediana. Ambas establecían contacto visual gracias a las diferentes altitudes de sus respectivos emplazamientos. Mientras que la primera se halla a unos 850 metros sobre el nivel del mar, la segunda preside un enclave casi el doble de alto.

La última de las torres madrileñas de la línea Madrid-Irún se encontraba en el Puerto de Navacerrada, a casi 2.000 metros de altitud. De ella no queda casi nada, al margen de su nombre, que ha servido para bautizar la cumbre del Alto del Telégrafo.

Los emplazamientos de estas tres torres se ajustaban a las directrices que había establecido José María Mathé en su proyecto de redes de telegrafía óptica. La distancia de separación que debía existir entre ellas oscilaba entre un mínimo de dos leguas y un máximo de tres (la legua castellana equivale a 4,19 kilómetros).


Torre de Navalapiedra, en Torrelodones.

Además de las torres ópticas de Cabeza Mediana y Torrelodones, en la región madrileña se mantienen en pie otras tres: las de Aranjuez, Arganda del Rey y Perales de Tajuña.


Otra vista de la Torre de Navalapiedra.

9 comentarios:

  1. Gracias por la visita. Yo tambien he descubierto hoy tu blog a través de tu comentario en el de "Arte de Madrid". Lo curioso de Madrid efectivamente está en lo infinito de sus posibilidades, sus lugares, sus historias y sus mitos. No solo en sus parques y sus jardines, sino como bien dices, en sus calles, sus edificios y en los madrileños en sí.

    He añadido tu blog al RSS y te seguiré desde allí. Un saludo.

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  2. Te sales Jesús. No hay día que no dejes de sorprenderme. Un artículo en tu línea y que ayuda a que sigamos conociendo tantas cosas desconocidas en nuestra provincia.
    Saludos

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  3. Fascinante. No conocía estas torres. Gracias.

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  4. Cultura romántica, es la mejor exposición que he encontrado. Podrías hacer un comentario sobre Sant Michel (Francia), que también tiene un telégrafo óptico y su historia es apasionante aunque se salga de la temática del blog.
    Enhorabuena y muchas gracias :)

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  5. Hola Kimeraweb:
    Muchas gracias por tu comentario y por las felicitaciones. Con respecto a tu propuesta, mucho me temo que se me escapa a mi conocimiento. Pero intentaré enterarme.

    Gracias de nuevo y un abrazo, Jesús

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  6. Gracias por su informacion.
    Frente a donde vivia en Cuba, teniamos una loma con una torre de estas en su parte superior. Se usaba por los espanoles en el tiempo de la colonia, con dicho fin. Le decian la loma del Leografo. En el horizonte a ambos lados se divisaban otras similares. No creo que hoy dia la han restaurado.
    Mis saludos,

    Erik Jacob

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  7. Hola Erik,
    Gracias a ti por los datos que aportas. Desconocía que en Cuba se hubiese implantado este sistema.

    Un abrazo, Jesús

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  8. Jesús, me interesan mucho los uniformes que llevaban los torreros. ¿ Hay alguna pagína web u otro sitio en el que podemos verlos ? Muchas gracias de antemano.
    Michael

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  9. Hola Michael:
    Muchas gracias por tu comentario. Lamentó decirte que no poseo ninguna información al respecto. Lo siento de veras!

    Abrazos, Jesús

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