lunes, 26 de julio de 2010

El Puente de Capuchinos

El Puente de Capuchinos es uno de los puentes más desconocidos de la ciudad de Madrid. Su ubicación periférica, en El Pardo, en un enclave dominado por la vegetación de ribera, que dificulta enormemente su visibilidad, ha contribuido a su olvido.



El puente fue diseñado por el arquitecto Francesco Sabatini (1722-1797), en el contexto de las ordenaciones urbanísticas desarrolladas en el Real Sitio, en el último tercio del siglo XVIII. Sin embargo, la estructura que ha llegado hasta nosotros no es la original, sino que data del segundo tercio del siglo XX.

A Sabatini se debe el aspecto actual del Palacio Real de El Pardo, ampliado y reformado en el año 1772, por orden del rey Carlos III (r. 1759-1788). Pero antes de esta fecha, en 1769, el monarca le encomendó la construcción de la Casa de Infantes, proyecto en el que se enmarcaba la realización de un puente sobre el Manzanares. 

El citado edificio, que ya no existe, se encontraba cerca del solar que hoy día ocupa la Iglesia de la Virgen del Carmen, a medio camino entre el palacio y el río.

Debido a la proximidad del cauce, Sabatini se vio obligado a intervenir en el mismo, con la creación de un muro de contención, en prevención de posibles riadas, y del puente que ocupa nuestra atención, al que dotó de unas calzadas de descenso hasta el río. Los trabajos finalizaron en 1785, ya sin la intervención de Francesco Sabatini.

El puente primitivo, en 1901.

Lamentablemente, nada queda de todo aquello. El puente que podemos ver hoy día se construyó de nueva planta en el año 1961, dentro de las obras de acondicionamiento llevadas a cabo en el entorno de El Pardo, durante la dictadura franquista.

Aunque se intentó mantener su estilo primitivo, se incorporaron toques característicos de la arquitectura de la Casa de Austria, como es el empleo del ladrillo visto, al tiempo que se rebajaron los arcos originales.

Con todo, la principal alteración fue la reducción de la longitud original, con la dramática eliminación de tres de los seis ojos concebidos por Sabatini. No ocurrió lo mismo con el ancho, que fue aumentado sustancialmente, para adaptarlo a las necesidades del tráfico rodado.



Arriba, el puente original en una fotografía de Josep Salvany, del año 1915. Abajo, en una postal antigua.


Descripción

El Puente de Capuchinos toma su nombre del convento popularmente conocido como el Cristo de El Pardo, regentado por la referida orden religiosa, que se encuentra en sus inmediaciones. 

Se sostiene sobre tres arcos de medio punto rebajados, con dovelas regulares. Los ojos se apoyan en pilas de planta rectangular, con tajamares cónicos, tanto aguas arriba como aguas abajo, en la línea de los utilizados en la segunda mitad del siglo XVIII.

El puente actual en 1961, recién inaugurado.

Estos elementos arquitectónicos se hallan en un plano muy superior al de la corriente, debido al notable descenso que ha sufrido el cauce con el paso de los años, sobre todo a raíz de la construcción del Embalse de El Pardo en 1970.

Debe tenerse en cuenta que el río, al estar regulado por este pantano, ve limitada su capacidad de sedimentación, lo que ha favorecido la socavación del cauce.

Por esta razón, las pilas y los estribos tuvieron que ser recalzados, al tiempo que se instalaron zarpas de hormigón en los vanos, necesarias para sortear la corriente y hacer frente a posibles riadas.

Los materiales empleados en la fábrica son piedra de granito y ladrillo visto, además de hierro forjado, reservado para las barandillas de protección ubicadas a ambos lados del tablero.



'Vista de El Pardo y Real Sitio de El Pardo'. Anónimo español del siglo XVIII (Biblioteca Nacional de España). El primitivo Puente de Capuchinos aparece a la izquierda (en la imagen inferior, puede verse con mayor detalle).



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