lunes, 18 de julio de 2011

El río Manzanares, según Aureliano de Beruete

Pocos pintores le han prestado tanta atención al Manzanares como Aureliano de Beruete (Madrid, 1845-1912), uno de los paisajistas más destacados de la pintura española.

El aprendiz de río aparece en numerosas obras suyas, como tema central de la composición. Su curso breve y divagante, que tantos y tantos escritores han ridiculizado a lo largo de la historia, queda convertido, gracias a su pincelada fina y suelta, en un espectáculo de colores, con todos los matices lumínicos que dan las estaciones y las horas del día, al más puro estilo impresionista.

Aún a riesgo de omitir algunos de los lienzos que el artista dedicó al Manzanares, realizamos un repaso cronológico de su manera de ver el río. Más que agua, que ya sabemos que no hay mucha, Beruete reflejó la luz de la corriente, cuando ésta discurría libre y salvaje, sin los rigores y apreturas de la canalización actual.



Comenzamos con este óleo del año 1878, titulado Orillas del Manzanares, que se conserva en el Museo del Prado. Se trata de una pintura de corte realista, muy alejada del espíritu impresionista que define la obra posterior del pintor. Madrid puede verse al fondo, con algunos de sus edificios más emblemáticos siluetados, entre ellos San Francisco el Grande y su majestuosa cúpula.



El segundo cuadro que recogemos también lleva por título Orillas del Manzanares. No en vano éste fue uno de los temas más recurrentes en la carrera del artista. Fue realizado hacia 1880 y es propiedad de la Obra Social de Caja España. En él se muestra al río a su paso por la Sierra de Guadarrama, probablemente en las inmediaciones de La Pedriza.



Beruete eligió para sus composiciones lugares hasta entones inéditos en el paisajismo español. Tuvo una especial predilección por la periferia de Madrid y no dudó en plasmar enclaves recoletos, que no cumplían las condiciones estéticas que, según las pautas de la época, tenía que tener un paisaje para ser pintado. Es el caso de este Lavaderos del Manzanares (1904), que se exhibe en el Museo Sorolla, en Madrid.



El Manzanares bajo el Puente de los Franceses (1906, Colección Alberto Corral) pertenece a la etapa de plena madurez del artista. Pese a que el puente queda plasmado únicamente a través de sus pilas, como si no tuviera importancia dentro del paisaje, cumple una función de primer orden, ya que sus tonos rojizos se extienden a todo el conjunto.



Seguimos con otra de las muchas Orillas del Manzanares que pintó Beruete, en esta ocasión dentro de un entorno netamente urbano. Estamos ya en el año 1907, en un momento en el que el artista, muy influenciado por el impresionismo francés, persigue la luz de modo casi obsesivo. La obra pertenece a la colección del Museo del Prado.



El autor madrileño trabajó en este A orillas del Manzanares del Museo de San Telmo, de San Sebastián, entre los años 1908 y 1910. El río parece fundirse con los tonos otoñales, anaranjados y ocres, que deja a su paso.



La cornisa occidental madrileña fue otro de los temas preferidos de Aureliano de Beruete. En El Manzanares (1908, Museo del Prado) aparece reflejada con tonalidades blancas, aunque realmente el verdadero protagonista del cuadro es el el río, que ocupa más de la mitad del lienzo. El autor se sirve de él para llevar a cabo efectistas juegos de colores, creando una magnífica escenografía alrededor la ciudad y de sus símbolos más reconocibles.



En Madrid desde el Manzanares (1908, Museo del Prado) Aureliano de Beruete recurre al mismo paisaje que en el cuadro anterior, con una perspectiva muy similar, ligeramente desplazada hacia el norte. A pesar de las semejanzas, cambia radicalmente la luz, dentro de esa preocupación del autor por captar las variaciones lumínicas que se producen a lo largo del día y en las diferentes épocas del año.



En Vista de Madrid desde la Pradera de San Isidro (1909, Museo del Prado), el río queda en un segundo plano. Es sólo un elemento más dentro de la sucesión de impactos cromáticos reflejados por el artista, matizados bajo una luz tenue y sutil, tal vez de otoño, según se desprende de las hojas marrones de los árboles situados a la izquierda.

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10 comentarios:

  1. Maravillosa entrada! El que más me gusta es Orillas del Manzanares y el más curioso es El Manzanares bajo el puente de los Franceses de un estilo totalmente diferente.
    Saludos
    Anne

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  2. Hola Jesús,
    Es increíble la cantidad de artistas que han plasmado su forma de ver el querido Manzanares.
    En estos lienzos, parece hasta otro río.
    Encomiables tu contribución, la de José y tantos otros para mostrarnos el ayer y hoy de su historia.
    Un abrazo.

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  3. Hola Jesús, qué post tan bonito, y perfecto complemento a tus otros artículos sobre nuestro río. Es verdad, entre tú y José nos estáis descubriendo el querido Manzanares.
    ¡y muchas gracias por el enlace!

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  4. Hola Iris:
    Muchas gracias por tu comentario. Pues coincides plenamente con mis gustos, aunque yo también añado "El Manzanares".

    Un abrazo, Jesús

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  5. Hola Manuel:
    Ya sabes que tengo debilidad por nuestro río. Creo que hay que redescubrirlo y mirarlo como un río pequeño y, como tal, tiene mucho encanto.

    Un abrazo, Jesús

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  6. Hola Mercedes:
    Creo que el Manzanares ha sido el tema más recurrente de este blog. Siempre me ha atraído... Y gracias a ti por descubrirnos la figura de Beruete, ese impresionista que tan bien reflejó el paisaje madrileño.

    Un abrazo, Jesús

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  7. Hola Jesus. Ha sido fantastico ver este post. La cantidad de material que ha producido....y eso es solo aprendiz de rio, si llega a ser rio maestro...
    Me han gustado varios de los cuadreos de Beruete, quizas el que más ha sido el del Puente de los Franceses, bueno su reflejo.
    Un abrazo.

    Jose Casado

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  8. Hola José:
    Es verdad. A pesar de que es un río pequeño y poco caudaloso, el Manzanares ha llegado a convertirse en un tema literario y pictórico de primer orden.

    Muchas gracias por el comentario. Un abrazo, Jesús

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  9. Inmejorable estudio sobre el vínculo de la pintura de Beruete y el río Manzanares. Aún hoy en día si se pasea por ese margen del río hacia las afueras de Madrid en dirección a la Puerta de Hierro se puede ver que no ha cambiado mucho y conserva el mismo aire que hace siglos, es decir a pesar de los lógicos cambios aún se puede apreciar lugares que siguen igual, una de mis zonas preferidas para pasear y uno de mis pintores favoritos. ¡Enhorabuena!

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  10. Hola Rubén:
    Muchas gracias por tus palabras. No conozco ese paseo que comentas. Algunas veces yendo en coche por la salida de Rosales de la M30, he vislumbrado tímidamente el río (eso sí, en invierno, cuando los árboles, al carecer de hojas, te dejan ver el río). Y se adivina un río precioso, con toda su humildad, pero precioso. Tengo que proponerme ese paseo. A ver si llega el buen tiempo y brotan los árboles...

    Gracias nuevamente. Un abrazo, Jesús

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