martes, 26 de enero de 2010

El Puente del Arrabal, de Buitrago

No hemos cumplido ni un mes de existencia y, con éste, ya son tres los artículos que este blog ha dedicado a algún puente. Lo confesamos: tenemos pasión por Madrid, pero también por los puentes y, si éstos son madrileños, la pasión se multiplica por dos. Nuestro espíritu apasionado llega ahora hasta Buitrago del Lozoya y se detiene en el Puente del Arrabal, también conocido como Puente Viejo.


Cara meridional (aguas abajo) del Puente del Arrabal o Puente Viejo, en Buitrago del Lozoya.

El puente se alza sobre el Lozoya y fue levantado al comienzo de un pronunciado meandro del río, con el que Buitrago buscó protección natural durante la Edad Media. Pudo haber sido construido a finales del siglo XIV o principios del XV, aunque ha sufrido importantes transformaciones con el paso del tiempo.

Como casi todos los puentes medievales, pesaban sobre él derechos de pontazgo o, lo que es lo mismo, peajes con los que se gravaba a quienes lo franquearan, ya fueran viandantes, caballerías o ganaderías. Los puentes eran verdaderas máquinas de hacer dinero para las casas nobiliarias que disponían de uno y el Señorío de Buitrago, vinculado al Ducado del Infantado, debió de hacer una auténtica fortuna con éste, mientras duró el régimen señorial, dada su situación estratégica.

Era paso obligado de la Cañada Real Segoviana, una de las vías más importantes para la comunicación de las dos mesetas, con unos 500 km de longitud, que iban desde la actual provincia de Burgos hasta la de Badajoz. Más aún: conectaba el casco histórico de Buitrago con el arrabal del Andarrío (de ahí su nombre), en cuyas proximidades se encontraba un transitado lavadero de lana, propiedad, cómo no, de los duques.

El puente consta de un único arco de medio punto, que se deja ver cuándo las aguas del Embalse de Puentes Viejas, en el que es retenido el Lozoya a su paso por Buitrago, están bajas. En las fotografías que ilustran el presente artículo, el embalse superaba por poco la mitad de su capacidad, con lo que puede apreciarse buena parte del citado arco. En lo que respecta a su fábrica, se combinan mampostería y sillería de granito.

Su estado de conservación no es muy bueno, debido a que, en el siglo XX, le fueron añadidas nuevas estructuras, instaladas por el Canal de Isabel II, con objeto de que el agua potable llegara hasta Buitrago. Así, le fue adosado un pequeño acueducto, pero éste terminó derrumbándose con el tiempo, contribuyendo al deterioro del puente. De esta obra quedan algunos rastros en forma de arcos, que aparecen en la cara meridional, aguas abajo, y que sirvieron para sostener un travesaño.

Con tal motivo, también fue levantado un bloque de hormigón armado sobre el pretil, con lo que el puente casi duplicó su altura (de ahí el aspecto tan desproporcionado que presenta en la actualidad). En la cara septentrional, aguas arriba, hay varios contrafuertes a ambos lados del lado, igualmente construidos durante las obras del acueducto.


Cara septentrional del puente (aguas arriba). En esta imagen se puede apreciar la estructura de hormigón instalada en el siglo XX, para facilitar la construcción del acueducto que el puente llevó adosado.

4 comentarios:

  1. Enhorabuena por el blog, me parece muy interesante, me está descubriendo historias y rincones de la ciudad de Madrid y su Comunidad que no conocía. Y las fotografías son excelentes. Seguro que se convertirá en un clásico de la "Madroñosfera".

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  2. Ufff! Muchas gracias, de verdad, por el comentario y por los ánimos!!! Un abrazo muy fuerte!!!

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  3. ¿no piensa Ud que habría que quitar esa estructura de hormigón y restaurarlo como Dios manda?

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