domingo, 17 de enero de 2010

Mañana de domingo



Una mañana de domingo más, el centro histórico ha despertado con aire de fiesta. Ni la llovizna ni la cuesta de enero han impedido que se celebren los mercados tradicionales que tienen lugar semanalmente en el Madrid de los Austrias.



Las carpas blancas han vuelto a desplegarse en la Plaza del Conde de Barajas y, aunque con menos gente que otros domingos, los pintores amateur han vuelto a exponer sus obras. Mucho mejor resguardados, los aficionados a la filatelia y a la numismática han acudido a los soportales de la Plaza Mayor en busca de piezas únicas o, al menos, hábilmente duplicadas. Más allá, en las aceras de la Calle de las Postas y en la Puerta del Sol, las estatuas vivientes han desafiado la llovizna, buscando el asombro y la provocación de los viandantes.

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