martes, 10 de agosto de 2010

El Pasaje del Comercio



En el segundo tercio del siglo XIX, florecieron en Madrid los llamados pasajes comerciales, siguiendo la línea de los construidos en otras capitales europeas.

Eran galerías abiertas en el interior de una manzana de edificios, que comunicaban dos calles, donde tenían su sede tiendas de lujo y cafés destinados a un público selecto.

Pero, a diferencia de lo ocurrido en París o Londres, donde este modelo de negocio se consolidó rápidamente, en nuestra ciudad constituyó un sonoro fracaso, ante la ausencia de una tradición consumista, equiparable a la de aquellas urbes.

Éste es el caso del Pasaje del Comercio, situado entre las calles de la Montera, a la altura del número 33, y de las Tres Cruces. También era conocido como Pasaje de Murga, en recuerdo del financiero Mateo Murga, quien lo fundó en 1845.

Tan sólo un año después de su apertura, la compañía propietaria tuvo que abandonar el proyecto. Y, aunque hubo intentos posteriores de relanzamiento, ninguno de ellos tuvo el éxito esperado, al menos de forma prolongada.



Pese a todo, el pasaje todavía sigue abierto, si bien sus instalaciones nada tienen que ver con las primitivas. Las transformaciones introducidas a lo largo del tiempo no sólo han alterado la fisonomía arquitectónica original, sino también el planteamiento comercial, pues los lujosos establecimientos del principio han dejado paso a tiendas más populares y de urgencia, como los típicos "Compro Oro".

Descripción

El Pasaje del Comercio (o Pasage, como reza en la placa identificativa, instalada en el acceso de la Calle de la Montera) fue proyectado por el arquitecto Juan Esteban Puerta, quien aprovechó un antiguo pasadizo configurado por los fondos de los patios interiores de varias casas.

Estaba formado por dos galerías corridas con arcos de medio punto, levantadas a ambos lados de un patio al aire libre, de planta rectangular, en cuyos entresuelos estaban dispuestas las tiendas y cafeterías.

Con el paso de los años, se han ido añadiendo plantas a estas galerías, hasta desvirtuar por completo el diseño inicial.



En cualquier caso, constituye un espacio singular, que todavía conserva un cierto sabor decimonónico, apreciable, principalmente, en la decoración exterior, a base de grecas, coronas de laurel y otros motivos vegetales, y en la forja de sus balcones y puertas.

No fue el único pasaje comercial de la época, pero sí el único que ha conseguido sobrevivir, junto con el célebre Pasaje de Matheu (1843-1847) de la Calle de Espoz y Mina, del que hablaremos en otra ocasión, reconvertido hoy día en una concurrida zona de bares y restaurantes.

Peor suerte corrieron el Pasaje del Iris (1847), entre la Calle de Alcalá y la Carrera de San Jerónimo, y la Galería de San Felipe, en la Plaza de Herradores.

12 comentarios:

  1. Una pena que no funcionase este pasaje de comercio, habrìa dado otro lustre a la zona de la Calle Montera que hoy en dìa no se distingue precisamente por su refinateza.

    Un saludo.

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  2. Hola Jesús, hace tiempo que quiero visitar este pasaje, me parece muy interesante y bonito. Mientras me decido, gracias por tu reportaje, por fin lo he podido recorrer :-) y conocer su historia.

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  3. Hace tiempo que no lo visito, desde que dejé de trabajar en la zona, pero recuerdo lo que me sorprendio cuándo lo descubrí.
    Gracias por la información!
    Saludos,

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  4. Es como metrese en otro mundo y otra época. El de Espoz y Mina es una paletada. Con carteles gigantes para los extranjeros. se lo han cargado.saludos

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  5. me acuerdo de ese lugar! hermoso para estar de paseo, cuando saque Pasajes a Madrid no sabia de los lugares que iba a visitar y me encontré con sitios muy bellos para disfrutar en familia

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  6. Gracias Clari por tu comentario y por ese enlace a "Pasajes a Madrid". Un saludo, Jesús

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  7. Jesús, hola! Sabes si Pasaje sigue estando "vacío" como lo veo en las fotos o han abierto algo nuevo? Gracias, Laura

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  8. Creo que sigue vacío, con tiendas de "compro oro" e incluso con una peluquería. Sigue estando muy muerto.

    Gracias y un abrazo!!!

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  9. Hoy he pasado por este pasaje, puesto que trabajo muy cerca. Y sinceramente he alucinado, han hecho una especie de reforma destrozando las fachadas!!! Quitando las pilastras los capiteles etc… algo muy lamentable, entiendo que este pasaje debería estar protegido.

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  10. Hola Fran:

    Gracias por tu comentario y por confirmarnos el estropicio que han hecho con este sitio. Hace algunos meses denunciamos en este blog la desmantelación de la ornamentación del Pasaje, algo que nos sorprendió muchísimo puesto que el lugar se encuentra protegido:

    http://pasionpormadrid.blogspot.com.es/2013/11/el-pasaje-del-comercio-desmantelado.html

    Las obras eran ilegales, pues no se correspondían con lo que el ayuntamiento había autorizado. Pese a ello y con total impunidad se han llevado a cabo, aunque, a última hora, las autoridades instaron a la comunidad de propietarios a detener las obras y a devolver al pasaje a su estado original. Pero supongo que todo habrá quedado en agua de borrajas (¿multas? ¿sanciones? ¿juicios? en esta ciudad atentar contra el patrimonio sale gratis).

    Un abrazo, Jesús

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  11. Yo vivi alli de niña. Nada que ver con lo que es ahora. Habia tiendas habituales. Panaderia, fruteria, ultramarinos, zapatero, sastre, peluqueria y hasta una zurcidora, la entrada por Montera era una librería. Era precioso. Mi abuela era la propietaria de la panaderia. La planta baja era la panaderia y las dos plantas de arriba la vivienda. Cuántos juegos en mi querido pasaje!

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  12. las puertas de acceso a la galeria, se cerraban por la noche

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