lunes, 21 de octubre de 2013

La Ermita de San Pablo (1): la primera construcción

Los Jardines del Buen Retiro se construyeron en varias fases durante el reinado de Felipe IV (1605-1665), principalmente entre 1634 y 1640. Aunque fueron diseñados a la manera italiana, reunían también elementos castizos, como una serie de ermitas, que, además de su finalidad religiosa, cumplían una función paisajística.


'Vista del Palacio del Buen Retiro', grabado de Juan Álvarez de Colmenar (principios del siglo XVIII).

Puede sorprender que en un lugar concebido para el esparcimiento se edificaran estos pequeños templos, si bien su presencia parece vincularse más al acto festivo de la romería que al retiro espiritual o a la penitencia, según sostiene el investigador Alfonso Rodríguez G. de Ceballos.

De todos modos, no se trataba de ninguna especificidad. Existía el precedente del Palacio Ducal de Lerma, en la provincia de Burgos, cuyos jardines llegaron a tener hasta siete ermitas. Es bastante probable que el rey conociese este dato y, sin duda alguna, su valido, el Conde-duque de Olivares, el auténtico promotor del Buen Retiro.

Siete fueron también las ermitas de los jardines madrileños. Seis de ellas (San Isidro, San Pablo, San Juan, San Bruno, la Magdalena y San Antonio de los Portugueses) se hicieron de nueva factura y la otra, la de San Blas, fue anexionada cuando se constituyó el Real Sitio. Esta última se encontraba fuera de la zona arbolada, en lo alto del cerro donde hoy se eleva el Real Observatorio Astronómico.

Su arquitectura era bastante simple y austera, como así puso de manifiesto Lorenzo de Magalotti, cronista del viaje que Cosme de Médici realizó por España y Portugal entre 1668 y 1669: "son casitas de ladrillo y de piedra con una capillita".

La de San Pablo fue la primera ermita levantada en el Buen Retiro. Fue erigida en 1632 siguiendo el sencillo patrón descrito por De Magalotti, aunque posteriormente fue objeto de una sustancial reforma, de aire italianizante, que hizo de ella uno de los edificios más suntuosos del barroco madrileño.

Su constructor fue Juan de Aguilar, quien estuvo bajo las órdenes de Alonso de Carbonel (1583-1660), maestro mayor del Buen Retiro. Es probable que también interviniera, al menos como supervisor, Juan Bautista Crescenci (1577-1635), superintendente de las Obras Reales, a quien se le atribuye la verdadera autoría tanto del palacio como de los jardines.

En marzo de 1633, apenas un año después del comienzo de las obras, se estaban ultimando los trabajos ornamentales, entre ellos, los que se encargaron al escultor italiano Juan Antonio Ceroni, quien elaboró el retablo y una estatua de San Pablo ermitaño, presumiblemente para la fachada.



El altar estaba presidido por la pintura San Antonio Abad y San Pablo, primer ermitaño, realizada hacia 1634 por Diego Velázquez (1599-1660). Este lienzo fue posteriormente trasladado a la vecina Ermita de San Antonio de los Portugueses, según consta en el inventario que se hizo del Buen Retiro en el año 1701. Actualmente puede verse en el Museo del Prado.

Podemos hacernos una idea de cómo era la Ermita de San Pablo antes de que fuera reformada, gracias a dos documentos gráficos de excepcional valor. El primero de ellos es el cuadro Vista del Palacio y Jardines del Buen Retiro (1637), atribuido a Jusepe Leonardo (1601-1653), que pertenece a la colección de Patrimonio Nacional.



Reproducimos un fragmento del citado lienzo, en el que se distingue la ermita a la derecha, asomando entre los árboles, justo detrás de una de las torres angulares del palacio. Puede verse una estructura de planta cuadrada y tejado de pizarra a cuatro aguas, con una pequeña buhardilla en cada uno de los faldones y un pedestal con bola y veleta que surge del vértice central.

El segundo documento que traemos es el plano de Pedro Teixeira, de 1656, donde la ermita queda identificada con el número 82. En esta célebre obra se confirman los detalles que acabamos de apuntar y se añaden otros nuevos, como la existencia de un jardín cercado por la parte trasera.

Con todo, la información más importante que nos proporciona Teixeira es el enclave exacto del templo. Se localiza en el límite meridional del llamado Jardín Ochavado (coincidente con el actual Parterre de El Retiro), no muy lejos del patio donde estaba el Caballo de Bronce, como era conocida la estatua de Felipe IV que hoy preside la Plaza de Oriente.



A partir del año 1659, la Ermita de San Pablo fue desacralizada y convertida en un salón lúdico, decorado con gran suntuosidad, en el que se celebraban fastuosas fiestas y representaciones teatrales, siguiendo las modas barrocas de la época.

Para hacer posible esta nueva función, no solo se tuvo que acometer una profunda remodelación del templo primitivo, sino que también se actuó sobre el jardincillo posterior, que fue transformado en una hermosa plaza circular y adornado con estatuas de bronce, fuentes y túneles de verdura. Pero dejemos todo este momento de esplendor para una próxima entrega.

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12 comentarios:

  1. Hola Jesús,
    Enhorabuena, has hecho una labor investigadora similar a la de un científico mirando por el microscopio. Los dos documentos en los que te apoyas para el análisis son extraordinarios, si bien el Teixeira parece más riguroso. ¿Te has fijado en la desproporción que tiene el edificio denominado Jaula de las aves, situado detrás de la ermita de San Pablo, en la "Vista del Palacio"? En el Teixeira parece más verídico.
    Esperamos la llegada de la segunda construcción ialianizante pronto. Gracias por el enlace y un abrazo

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    1. Gracias Antonio, eres muy generoso. Es cierto que en la pintura hay desproporciones y emplazamientos poco exactos. Menos mal que el genial Teixeira nos saca siempre de dudas y da en el clavo. La segunda parte creo que es más interesante. Por cierto, me fue de mucha ayuda tu reportaje sobre San Antonio de los Portugueses y las ermitas del Retiro.

      Un abrazo, Jesús

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  2. Buenas tardes, Jesús.

    Me ha parecido muy interesante la entrada que nos traes hoy. Desconocía que hubiesen desacralizado la ermita de san Pablo, aunque como bien dices, no sería por falta de ellas.

    Me gusta la imagen de Leonardo, pero tengo a Teixeira por un autor mucho más exacto. Esperamos igualmente la próxima entrada para que nos cuentes cómo aconteció esta remodelación.

    Un saludo.

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  3. Muchas gracias por tu comentario. Las ermitas del Retiro eran una curiosa mezcla entre lo profano y lo sagrado. Y, en este caso, pudo más lo profano que lo sagrado. Es una pena que no quede nada de aquello, porque su decoración fue realmente suntuosa.

    Un abrazo, Jesús

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  4. Hola Jesús. desconocía totalmente lo de las ermitas del El Retiro, y me ha encantado esta entrada, llena de datos e ilustrada perfectamente. Si el Retiro es hoy impresionante, en aquella época, debía de ser fastuoso....claro no tenían crisis.
    Un abraz.

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  5. Gracias José:
    Lo de las ermitas de El Retiro es algo muy curioso, pues no cumplían una función religiosa propiamente dicha, sino que, en muchos casos, eran casinos de recreo. Solo hay que ver, en el cuadro de Leonardo, el aspecto que tenía la Ermita de San Pablo, más próxima a un pabellón que a un templo.

    Gracias por tu comentario. Un abrazo, Jesús

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  6. Magnífica y preciosa re-construcción de la ermita en su primera época, Jesús. Esperamos la continuación...
    Y gracias por el enlace!
    Un abrazo

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  7. Muchas gracias Mercedes, me alegro que te guste. Creo que la continuación tiene "más enjundia".

    Un abrazo, Jesús

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  8. Siempre es la misma historia,las alegrias que se han pegado sin pensar en la miseria de los demás.
    Un saludo de G.M.P.

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    1. Hola G.M.P.:
      Nuestros reyes fueron especialmente ostentosos. Solo hay que contabilizar los palacios y reales sitios que se construyeron alrededor de Madrid (Palacio Real, Buen Retiro, Aranjuez, Casa de Campo, Valsaín, Riofrío, La Granja, El Escorial, El Pardo, Villaviciosa de Odón, etc.). Parece que no tenían suficiente. Siempre construían algo nuevo.

      Gracias por tu comentario, un abrazo!! Jesús

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  9. Interesantísimo artículo sobre esta ermita edificada en los terrenos de la que fuera gran obra propagandística y de poder de la MOnarquía de Felipe IV y de la que hoy apenas conservamos el Casón del Buen Retiro y el antiguo Museo del Ejército.

    Un saludo desde Reinado de Carlos II, espero que puedas darte una vuelta por mi blog

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  10. Hola Carolus II:
    Es un lujo tenerte por aquí. Tu blog lo he descubierto hace poco y me apasiona. Enhorabuena por todo ese trabajo, que tanto nos enriquece. Muchas gracias por tu comentario y prometo hacerme asiduo de tu blog. Lo recomiendo desde aquí.

    Un abrazo, Jesús

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