lunes, 4 de noviembre de 2013

La otra Virgen de la Almudena

A pesar de tratarse de dos realidades urbanas muy distantes, Madrid y Talamanca de Jarama mantienen paralelismos históricos notables. No solo comparten el mismo pasado andalusí, sino también algunas tradiciones religiosas de origen medieval.

Es el caso de la Virgen de la Almudena, una advocación surgida casi al mismo tiempo en Madrid y en Talamanca, con similitudes más que evidentes en su proceso de gestación, aunque no en su posterior evolución. Pero vayamos por partes.


Fuente: Cofrades.

Durante la dominación musulmana, los árabes crearon un sistema defensivo en la Marca Media, como así eran conocidas las tierras del centro peninsular que hacían frontera con los reinos cristianos.

Madrid y Talamanca se encontraban entre las plazas fuertes más importantes de esta demarcación territorial. Sus almudaynas (o ciudadelas) fueron fundadas por el emir Muhammad I (853-883) en el último tercio del siglo IX, como así avalan los restos fortificados que aún se conservan en ambas poblaciones.


Puerta de la Tostonera (Talamanca de Jarama). Posible acceso de la alcazaba musulmana.

Dos siglos después fueron incorporadas a la Corona de León y Castilla, en el contexto de las diferentes campañas desplegadas por el rey Alfonso VI (1047-1109) para la conquista de Toledo, la antigua capital visigótica.

Fue en estos momentos cuando vio la luz la advocación de la Virgen de la Almudena y, si hacemos caso de la tradición, tomó cuerpo antes en Talamanca que en Madrid.

En 1079 las tropas de Alfonso VI entraron en Talamanca de Jarama y se hicieron con el control de la mezquita mayor, donde entronizaron una imagen mariana. En alusión al enclave donde se hallaba el templo, la almudayna, la talla quedó bajo la advocación de Santa María de la Almudena. 

La historia volvió a repetirse con la toma de Madrid a manos del monarca leonés, en 1085. Y aunque la leyenda afirme que la Virgen apareció milagrosamente en el recinto amurallado de la almudayna, hemos de entender que Alfonso VI procedió como lo hizo en Talamanca, con la purificación de la mezquita principal y la posterior entronización de María, como símbolo del poder cristiano.

Ni en Talamanca ni en Madrid han pervivido las iglesias medievales en las que se veneraba a la Almudena. La madrileña fue demolida en 1868, para facilitar la creación de la Calle de Bailén, mientras que los últimos vestigios de la de Talamanca debieron perderse a mediados del siglo XX.

En las Relaciones Topográficas de Felipe II, de 1580, se habla someramente de este último templo: “se llama Nuestra Señora de la Almudena, que antiguamente dicen solía ser mezquita de moros y es al modo de la de Córdoba con mármoles de jaspe en ella”.

Gracias a estudios recientes, sabemos que estuvo ubicada en la parte meridional de Talamanca y que, a su alrededor, se fue articulando un cementerio, hoy día desaparecido.



En la imagen superior, detalle de un plano fechado entre 1875 y 1880, puede verse la planta del citado cementerio, que, a tenor de su complejidad, seguramente integraba numerosos elementos arquitectónicos de la iglesia anterior y también de la primitiva mezquita.

El historiador Florentino Castañeda publicó en 1955 una fotografía de las últimas ruinas que aún seguían en pie, en lo que parecía ser una parte de la cripta. En cualquier caso, intuimos que, más allá de la pérdida del edificio, el culto a la Almudena debió extinguirse en la localidad mucho antes del siglo XX.



De otra forma no se entiende que, en Talamanca, no exista ningún rastro de esta advocación. Ni una imagen, ni una calle, ni una capilla. Todo lo contrario de lo ocurrido en Madrid, donde esta Virgen llegó a convertirse, como todos sabemos, en la patrona de la ciudad.

8 comentarios:

  1. Magnífica información, Jesús (como siempre):
    Aunque no lo dije en su momento y lugar, Talamanca es uno de las "Alternativas a Madrid" más evidentes.
    ¿No crees que la pérdida interés en la Almudena talamanquesa se puede deber a la competencia de la madrileña?
    Saludos, Rafael

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    1. Gracias Rafael:
      Es curioso cómo dos ciudades que comparten el mismo origen terminan teniendo destinos tan diferentes. Y la Almudena es la mejor prueba, en un caso convertida en una Virgen de enorme popularidad y éxito, y en el otro, prácticamente desaparecida. Creo que tienes razón: la competencia de la Almudena madrileña hizo inviable que la de Talamanca pudiera desarrollarse.

      Un abrazo y muchas gracias, Jesús

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  2. Hola Jesús,
    Se va haciendo imprescindible darse un paseo por Talamanca del Jarama que, además de las importantes construcciones que estáis enseñando, tiene ese especial "hermanamiento" con Madrid desde su fundación y por su antigua devoción a la Almudena que tan bien has contado.
    Un abrazo

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  3. Hola Antonio:
    No lo dudes. Talamanca tiene una visita (y dos): su puente romano-medieval, la iglesia románica de San Juan Bautista, el Morabito (románico-mudéjar), los restos de muralla, la Cartuja (siglo XVII)... y su entorno natural. Una excursión muy recomendable.

    Gracias y un abrazo, Jesús

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  4. Hola Jesus. Totalmente de acuerdo en todo, Talamanca merece una o varias visitas y en lo referente a la advocación, aún siendo más antigua la de Talamanca, es posible que se viera empañada por la posterior advocación madrileña.
    Un abrazo.

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  5. Gracias José por tu comentario. Tu artículo sobre Talamanca me sirvió de mucha ayuda. Desde aquí lo recomiendo (te he puesto un enlace).

    Un abrazo, Jesús

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  6. Qué interesante y qué bonito tema Jesús.
    Otro aspecto de la historia "paralela" de Talamanca y Madrid, hasta que se separó y cada una siguió su camino...
    Gracias por recordarnos que vamos a celebrar la fiesta de nuestra patrona.
    Un abrazo

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    1. Hola Mercedes:
      Un origen común y dos caminos bien diferentes, casi opuestos. Talamanca derivó en un humilde pueblo y Madrid en una de las ciudades más importantes de Europa. Seguro que el emir Muhammad I jamás se imaginó estos destinos, sobre todo el de Madrid.

      Gracias por tu comentario. Un abrazo, Jesús

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